28 Octubre 2024
Un árbol de eucalipto de gran tamaño se desplomó esta madrugada en la esquina del Jardín de Infantes N° 919, ubicado en la calle Laprida y J. B. González. La caída provocó daños en un vehículo, y su conductor debió ser atendido por el golpe. Afortunadamente, el hecho ocurrió en horas de la noche, cuando casi no circulaba gente y no era el horario en que las familias llevan a los chicos al establecimiento. De haber sucedido unas horas más tarde, podría haber terminado en una tragedia.
Personal municipal y de Defensa Civil se movilizó rápidamente para retirar el árbol caído y despejar la zona, que quedó completamente bloqueada por el tronco y las ramas.
El episodio volvió a poner en debate una cuestión que incomoda pero que ya no puede ignorarse: la presencia de árboles viejos o deteriorados que representan un riesgo en la vía pública. En esa zona, como en muchas otras del distrito, hay ejemplares antiguos que, si bien forman parte del paisaje y de la historia barrial, ya no ofrecen seguridad.
Cada vez que se intenta extraer o reemplazar alguno de estos árboles, suelen surgir protestas de vecinos o ambientalistas que buscan conservarlos. Sin embargo, la caída de este eucalipto demuestra que quizás ha llegado el momento de repensar esa postura y avanzar con un plan de recambio responsable.
No se trata de eliminar sin criterio, sino de evaluar cuáles ejemplares pueden conservarse y cuáles se han convertido en un peligro para la comunidad. La seguridad de las personas debe estar por encima de la nostalgia o del valor simbólico de un árbol que ya cumplió su ciclo.
El desafío para las autoridades será encontrar un equilibrio: preservar el arbolado urbano, pero al mismo tiempo prevenir tragedias que, como esta vez, solo se evitaron por azar y por el horario del incidente.
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