26 Agosto 2025
Hoy quedó en evidencia, una vez más, el nivel de impunidad y cobardía que maneja este Gobierno. Mario Lugones, responsable del Sanatorio Otamendi, y Fernando Vilches, titular de la ANDIS, tenían que presentarse en Diputados para dar explicaciones sobre dos escándalos gravísimos: el caso del Fentanilo y las coimas que salpican de lleno a Karina Milei.
No aparecieron. Se escondieron. Eligieron el silencio en lugar de dar la cara frente a los legisladores y, sobre todo, frente a la sociedad. Eso los pinta de cuerpo entero: además de corruptos, cobardes.
La ausencia no hace más que confirmar lo que ya todos sospechan: que detrás de las coimas y del negocio sucio con medicamentos hay mucho más de lo que están dispuestos a reconocer. Y que no hay voluntad de rendir cuentas, porque saben que no podrían sostener ni cinco minutos de repreguntas.
El Congreso no puede ser una escribanía ni una cueva de encubrimiento. La gente merece respuestas y transparencia. Si Lugones y Vilches no se animan a dar explicaciones, es porque las explicaciones los condenan.
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