07 Septiembre 2025
En medio de la jornada electoral, un gesto simple pero profundamente significativo dio una lección de compromiso ciudadano. Una mujer mayor, ya sin la obligación legal de votar por su edad, se presentó igualmente en su mesa para ejercer su derecho y dejar en claro que la democracia se sostiene con participación.
Su presencia no pasó desapercibida. Mientras muchos relativizan la importancia del voto, ella eligió marcar la diferencia, demostrando que lo verdaderamente valioso no es a quién se elige, sino el compromiso con el acto mismo de votar.
“De personas como usted tenemos que aprender”, fue el comentario que más resonó entre quienes presenciaron la escena. Porque ese gesto sencillo encierra un mensaje profundo: quien cumple con su deber cívico, aun cuando no está obligado, tiene toda la autoridad moral para exigir un país mejor.
A esa mujer, nuestro respeto y agradecimiento. Su ejemplo confirma que, a pesar de las dificultades, todavía hay futuro.
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