16 Diciembre 2025
El malestar social en Mendoza sigue creciendo y empieza a expresarse con fuerza. Cuando el gobierno prioriza los intereses del poder económico por sobre el bienestar de la población y el cuidado de la tierra, el cansancio popular se vuelve inevitable. Tarde o temprano, el pueblo dice basta.
En ese contexto, comenzaron los escraches a domicilios como forma de protesta. Esta vez, el repudio alcanzó a un diputado radical del departamento de San Carlos, que apoyó la aprobación del proyecto minero San Jorge, una iniciativa rechazada por amplios sectores de la sociedad mendocina.
Vecinos y organizaciones denuncian que este proyecto amenaza el ambiente, el agua y la calidad de vida, y que responde a negocios entre el gobierno y los grandes intereses económicos, sin importar las consecuencias para quienes habitan y trabajan la tierra. Para muchos mendocinos, se trata de decisiones que hipotecan el futuro de la provincia en beneficio de unos pocos.
El mensaje que se repite en las calles es claro: cuando se gobierna de espaldas al pueblo, ignorando el bienestar común y el cuidado de los recursos naturales, la paciencia social se agota. En Mendoza, ese límite parece haber sido alcanzado y el descontento ya no se puede ocultar.
En ese marco, también crecen las críticas hacia los medios hegemónicos, a los que los manifestantes acusan de silenciar el conflicto y actuar alineados con el poder político, denunciando falta de independencia y cuestionando los mecanismos de financiamiento que —según sostienen— condicionan la información que llega a la sociedad.
Los medios hegemónicos pagos por el Gobierno, financiados con fondos reservados de la SIDE, no te lo muestran.
Foto: Martín Federico Ortiz
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