20 agosto 2025
El Gobierno vuelve a mostrar con claridad a quién ajusta y a quién protege. Mientras los grandes sectores económicos reciben quitas de impuestos, blanqueos y facilidades para especular y fugar capitales, los que viven del trabajo independiente se enfrentan a un nuevo golpe al bolsillo: el aumento en el monotributo desde septiembre.
Los pequeños contribuyentes, que sostienen la economía día a día, deberán pagar más para mantener su categoría, en un esquema que lejos de ser un alivio se convirtió en una trampa: si no te actualizás a tiempo o superás el tope, pasás a otra categoría más cara o quedás fuera del régimen.
El monotributo, administrado por ARCA, fue presentado como un sistema simplificado para formalizar a los trabajadores independientes, pero en los hechos es un mecanismo de recaudación que recae siempre sobre los que menos tienen. En cambio, las grandes fortunas y corporaciones encuentran cada vez más beneficios fiscales.
A partir de septiembre de 2025, los topes de facturación anual quedan fijados en los siguientes valores:
- Categoría A: $8.992.597,87
- Categoría B: $13.175.201,52
- Categoría C: $18.473.166,15
- Categoría D: $22.934.610,05
- Categoría E: $26.977.793,60
- Categoría F: $33.809.379,57
- Categoría G: $40.431.835,35
- Categoría H: $61.344.853,64
- Categoría I: $68.664.410,05
- Categoría K: $94.805.682,90
Quienes ya hicieron la recategorización en julio verán reflejado el aumento en la cuota de septiembre, que incluye impuestos, aportes jubilatorios y obra social.
El mensaje del Gobierno es claro: los que especulan reciben premios, los que trabajan pagan el ajuste. El poder económico nunca pone de su parte, el esfuerzo siempre lo hacen los sectores medios y bajos.
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