01 Mayo 2025
Pese a los esfuerzos por montar un escenario controlado, con un sector especialmente custodiado y rodeado de cámaras y periodistas afines, el presidente Javier Milei, el vocero presidencial Manuel Adorni y Karina Milei no pudieron evitar el repudio popular durante su visita a Villa Lugano.
El acto, diseñado para proyectar una imagen favorable, contó con la presencia de personas previamente seleccionadas y trasladadas al lugar. Sin embargo, más allá de la escenografía planificada, surgieron expresiones de descontento por parte de vecinos y transeúntes que lograron acercarse o hacerse oír desde los márgenes del operativo.
Los insultos y cánticos se mezclaron con los aplausos de los sectores convocados, dejando en evidencia la creciente polarización social que genera la figura del mandatario. A pesar del intento por contener cualquier disidencia, los abucheos se filtraron en transmisiones y redes sociales, mostrando una cara del acto que el Gobierno intentó evitar.
Milei, Adorni y Karina se retiraron en medio de una mezcla de vítores aislados y un volumen creciente de gritos críticos. Algunas voces les recordaron que “Lugano es peronista” o les reprocharon el ajuste: “¡Le pegás a los jubilados, hijo de puta!”, se alcanzó a escuchar. Las frases, espontáneas y contundentes, reflejaron el rechazo a las políticas oficiales. El contraste entre la puesta en escena y la reacción ciudadana expuso los límites del control comunicacional en un clima social cada vez más tenso.
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