15 Abril 2025
A pesar de los intentos diarios por justificar medidas que, en apenas un año, pulverizaron los salarios y deterioraron la calidad de vida, el Gobierno Nacional sigue sin encontrar el rumbo económico. El esfuerzo de millones de personas no alcanzó para nada: Milei y Caputo volvieron a endeudar al país, esta vez por 20.000 millones de dólares.
Este lunes llegó al país Scott Bessent, secretario del Tesoro de Estados Unidos, quien —en los hechos— será quien dirija la economía argentina. Tras reunirse con él, los funcionarios del gobierno festejaron la salida del cepo con cánticos como “Mandril decime qué se siente, que el cepo llegó a su final”.
La escena es tan absurda como peligrosa: celebran lo que debería preocupar. Porque si bien levantar el cepo puede ser una oportunidad, hacerlo a costa de más deuda es repetir el mismo camino que ya se recorrió durante el macrismo, con las mismas consecuencias: un endeudamiento feroz que no pagarán quienes gobiernan, sino el pueblo.
El relato oficial quiere mostrarlo como un hito. Pero la realidad es clara: nadie toma deuda si el rumbo económico es el correcto. Endeudarse para sostener una ficción no es una solución, es una sentencia.
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