01 Septiembre 2025
La vida de Tony Janzen Valverde Victoriano, apodado “Pequeño J”, está marcada por un legado de crimen y sangre. Su padre, Janhzen Valverde Rodríguez, fue integrante de la organización conocida como Los Injertos de Nuevo Jerusalén y se hacía llamar “Pablo Emilio Escobar”, en homenaje al capo colombiano. Admirador del cine de mafias, tomó el nombre de Tony Montana, protagonista de Scarface, para bautizar a su hijo.
En 2018, el propio Tony reflejaba en redes sociales la forma en la que veía el mundo: “Toda la vida bandido. Aproveche el día que amanece y agradezca a Dios y disfrute lo más que pueda porque no sabe si mañana estarás”, escribió en Facebook. Esa misma lógica de “vida corta y violenta” fue la que se llevó por delante a su padre: el 16 de diciembre de aquel año, cayó acribillado por un sicario vinculado a la banda rival conocida como El Gran Marqués.
Los vínculos con el narcotráfico atravesaban a la familia entera. No solo el padre, sino también otros allegados estaban relacionados con grupos criminales de la región, lo que selló un destino atravesado por la ilegalidad para “Pequeño J”.
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